1- Cultive el crecimiento espiritual: Permita que Dios entre a su vida, para que pueda ayudar a su familia a tener una vida espiritual equilibrada.
2- Predique con el ejemplo: Si desea que sus hijos y cónyuge sean diferentes, actúe usted de forma diferente, sea amoroso, respetuoso y honesto.
3- Sea buen consejero: Ganece el aprecio y la confianza de sus hijos y cónyuge, no les grite, apóyelos, oriéntelos, sea un verdadero guía y protector.

4- Sea flexible: Tenga presente y pendiente que los tiempos han cambiado, sea tolerante, reflexivo y practique la empatía (póngase siempre en lugar de los demás).

5- Gánece el corazón de su familia: Siembre en su cónyuge e hijos aliento, amor, apoyo sincero, sea una verdadera fuente de protección de su familia.
6- Sepa escuchar: Cultive el arte de escuchar. De la única forma que conocemos de verdad a los demás es cuando los escuchamos hablar. "Nadie jamás ha aprendido hablando, solo aprendemos cuando escuchamos".
7- Sea amoroso: Dele amor, cariño y comprensión a sus hijos y cónyuge. Después de Dios, es la base para tener una familia sana.
8- Estimule lo mejor de cada miembro de la familia: Reconozca lo mejor de cada miembro de su familia, conviértase en un motivador natural, bendiga siempre a su familia, en el nombre de Jesús.
9- Pida perdón cuando falle: El pedir perdón no significa falta de carácter, todo lo contrario, el que reconoce sus fallas se engrandece espiritualmente y se gana el amor, admiración y respeto de los demás.
10- Fomente valores: Practique y demuestre que usted es una persona honrada, respetuosa, colaboradora, responsable, con un alto sentido de la solidaridad y del patriotismo.

Todo esto será mucho más fácil si permite que Dios, a través de hijo Jesucristo, entre en su vida. Acéptelo como su salvador personal. A Él sea la gloria!!!
|
This entry was posted on 9:08 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: